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Mostrando entradas de marzo, 2017

Ese mundo desaparecido, Dennis Lehane

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Empiezo estas líneas como no debería comenzarse nunca una opinión sobre una novela: haciendo mención a su final.  Hace unos días acabé Ese mundo desaparecido , de Dennis Lehane, y no tengo reparos en admitir que sentí lo que llamo la cobardía del lector o, más bien, el súbito arrepentimiento que le reconcome a uno cuando cierra el libro y se lamenta de haber leído el último párrafo, página o capítulo que da al traste con la historia y deja con un profundo pesar en el corazón. Y no por chapucero, sino por realista en exceso. Para qué mentir: ya es suficiente con lo que sucede a diario y alrededor como para encontrar la misma miseria donde uno trata precisamente de evadirse. Por qué, Lehane, por qué . Padre de un niño de diez años al que adora, el antaño poderoso Joe Coughlin casi ha logrado cortar amarras con su turbulento pasado, aunque no del todo, pues ejerce de consejero del importante clan mafioso de los Bartolo. Pese a ello, lleva una vida más o menos tranquila hasta q...

Una habitación propia, Virginia Woolf

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Hace un año, aproximadamente por estas fechas, me encontraba leyendo la biografía de Virginia Woolf . Recuerdo como si fuera ayer los largos viajes en tren, la cabeza apoyada en la ventana y ese libro entre mis manos; sintiendo, a través del rabillo del ojo, el paisaje deslizarse velozmente a la luz del sol de la mañana. Qué tranquilidad me embargaba en esos instantes, mecida por el constante traqueteo, mientras permanecía ensimismada en una vida ajena y veía pedazos de la mía reflejados en ella . Desde entonces, Virginia Woolf ha seguido muy presente en mi vida; bien a través del eco de sus frases en mi cabeza, bien a través de otras referencias por boca de artistas como, por ejemplo, Paula Bonet en los últimos meses. Tanto es así que, durante mucho tiempo, no podía pensar en otra cosa que no fuera leer otros títulos suyos, y las notas musicales de Las Horas ―película que despertó mi curiosidad y admiración por Woolf― continuaban taladrando mi cabeza persistentemente. Tenía esa e...